¿Y si dejas de luchar y empiezas a vivir?

Si liberamos nuestras batallas y simplemente fluimos con ellas. Si retiramos los patrones de enfrentarnos a nosotros mismos y humildemente nos entregamos a la vida, con todas sus lecciones y sus tiempos. Y entonces, ya no dejamos que el dolor nos controle, aunque esté en nosotros, sino que remueva, lo que no nos pertenece. Lo que tenemos no nos define, lo que somos, nos define. Dejo la expectativa; esa ansiada espera por sanarnos; que no nos permite darnos cuenta, que ya hemos empezado a hacerlo. Soltamos el control, se lo otorgamos a Dios, nuestro universo y damos gracias; por su obra de amor en mi. Él esta tallando su obra maestra y a veces te mueves y no te dejas. He aprendido a través del dolor, que la paciencia lo cura todo, sin importar el pronóstico. Total hasta los más fuertes huracanes, han desaparecido de un momento a otro. Pero también he aprendido, que había andado ciega, hasta que me dieron la oportunidad de ver de nuevo, la majestuosa creación. Hoy bendigo el dolor en todo mi cuerpo, por que solo estando viva podría sentirlo y mientras tanto admiro este atardecer y las estrellas que estarán en el cielo esta noche. Solo basta con abrir una ventana y sin importar tu circunstancia; saber que estás vivo. Siéntelo.

He aprendido a través del dolor, que la paciencia lo cura todo, sin importar el pronóstico.
— Laura Raquel, Coach de Vida Holística

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